Creo que todo padre/madre de infantil y primaria una de las circulares del cole que teme mas es la del avistamiento de piojos en clase.
Es un horror que, prácticamente todos, hemos vivido. La búsqueda en las cabezas de nuestros vástagos, cuales monos del zoo; la búsqueda de una loción-champú-mejunje; el desfile de gorros de ducha por la casa (porque al final, para prevenir nos lo hacemos todos); lavadoras y cambios de camas, abrigos, ropa... desinfección absoluta de peines, peluches y cojines.... en fin: Batalla Campal.
Yo tengo la teoría de que los piojos de hoy en día son mutaciones para poner a prueba la resistencia de los nervios de los padres. Porque: A. Tienen un tamaño que no es normal; B. Resisten a todo productos comercializado; C. No entienden de temperatura, da igual que haga frío o calor que ahí están.
La primera vez que encontré un piojo en la cabeza de mi hija mayor creí que era un bicho que le había caído de un árbol. Porque era absolutamente imposible que una cosa así de grande fuera un piojo. La verdad es que no sé lo cómo pensaba que serían, pero desde luego, no así, ni de ese tamaño.
Aquí no termina la cosa porque una vez que hemos terminado con los viles bichitos empieza la guerra con sus bebés: las liendres. Tarea que desmoraliza al mejor "plantao" porque la única opción que verdaderamente funciona es inspeccionar toda la cabeza y quitarlas con la mano una a una. Una tortura auténtica, sobre todo, porque haz que un niño (incluso los más mayores) se queden tanto tiempo quietos y se dejen tironear de centenares de pelos, una y otra vez. Cosa que se complica con las niñas. Y es que ellos se creen que es algo que nos hemos inventado los padres para fastidiarles porque ¡ a nosotros nos encanta, oiga!. Y ahí es cuando empieza a dárseles la vuelta la cabeza, como la niña de "El Exorcista", los gritos de "para", "quíta", "déjame" y nosotros con la liendrera por toda la casa... toda una pesadilla.
Pero, para más historias, seguimos porque la cosa se vuelve a repetir y, en el peor de los casos, vuelve, vuelve y vuelve... Os prometo que yo recuerdo con tremendo pavor un año en el que me gasté toda mi futura herencia en productos para eliminar, retirar, prevenir, sofocar.... piojos, ninfas y liendres y la niña tuvo los dichosos bichos desde octubre hasta mayo. Ese año, creo que nos tocó una cepa de "piojos petardos" que se reían de nosotros, porque era ponerle todos los potingues posibles, pasar liendrera, despiojar todo y ¡al día siguiente seguían saliendo igual de grandes y vivos!. Desesperación absoluta. Sólo la cordura de mi marido salvó a mi hija de raparla a lo monje tibetano, pobrecita mía.
En fin, que si os encontráis u os habéis encontrado en esta situación; o los que todavía sois afortunados de no haberlo vivido (pero que muy posiblemente lo hagáis en un futuro), deciros que formamos todos un equipo y que es muy importante que todos revisemos las cabezas de nuestros hijos, sino después de cada baño o una vez a la semana, si y sobre todo, cuando recibimos la circular avisando de que en clase hay algún caso. También es importante, si el niño los ha cogido fuera del cole o si no hay circular, comunicárselo al tutor o a la Jefa de Estudios porque puede evitar una mayor propagación.
Atrás quedaron los estigmas de los piojos. Hoy en día, no es algo que tenga que ver tanto con la higiene, como con tener un poco de precaución y seguir unas normas básicas.
Os dejo unas direcciones muy interesantes en las que os podéis informar de cómo erradicar la infección, nuevos productos, consejos y trucos.
http://www.madrescontrapiojos.com/
http://www.infopiojos.com/
Y como a todos nos debe de estar picando la cabeza por "contagio fantasma" os dejo. Un saludito a todos y mañana nos vemos con olor al árbol del té....
domingo, 17 de febrero de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dar tu opinión. El AMPA somos todos.