Ya estamos coleando con los últimos días de curso. Parece mentira porque el frío y la lluvia que nos acompañan últimamente no nos deja acordarnos de que estamos ya terminando el mes de Mayo. Dentro de poco, nuestros hijos empezarán con la jornada continua, lo que ya recuerda a verano.
En éstos días muchos padres están pendientes de sus solicitudes para aquellos alumnos que el año que vienen comienzan su andadura en el cole. Durante meses han estado estudiando los pros y los contras de los coles donde quieren educar a sus hijos.
Nuestro cole, pese a ser un pequeño colegio y no tener unas instalaciones grandes y muy elaboradas, a mi parecer, tiene mucho encanto. Y, muchos me preguntarán: ¿por qué?
Podría responder un montón de cosas, pero las voy a resumir en tres aspectos:
1. Lo pequeño no es igual a carencia, sino a oportunidad. Cuando mis hijos empezaron en el colegio y, para mí, todavía eran mis bebés; me tranquilizaba el hecho de que si lloraban o necesitaban un pequeño empujón todos los conocían. A la semana de empezar, cuando les recogía en el patio de comedor, siempre venían de la mano de un niño mayor y todos los que estaban por ahí se despedían de ellos como si los conocieran de toda la vida.
2. El valor de "familia" que ofrecen. En el comedor, mi hijo pequeño, es un poco "rabo de lagartija" (no sé si me entendéis) y ahora que está en último curso de infantil, lo sientan con los niños de tres años para que él, que es ya un niño tan mayor, les ayude a comer y a "portarse bien". Esto se traduce en que cuando ve a un niño pequeño siempre trata de ayudarle. Me parece muy curioso cómo los mayores cuidan de los pequeños y cómo, fuera del cole, cuando vamos a la compra o al médico, se conocen unos a otros.
3. Ante lo plural, está lo singular. Éste año, una de las primeras frases que nos dijo la profesora de mi hija mayor cuando se presentó, fue: "yo quiero que sepan mucho, pero ante todo, quiero enseñarles a ser buenas personas". Con esto, me ganó del todo. Y creo que la plantilla de nuestro centro se ciñe mucho a esto. Y, la verdad, me quedo tranquila porque sé que cuando tengan algún problema, les ayudarán a solucionarlo.
Posiblemente sea un colegio con muchos "contras" a lo mejor, tener un patio y un gimnasio más grande o mayor capacidad de comedor, o más actividades.... pero, para mí, están en un sitio en el que, cuando yo no estoy con ellos, confío al cien por cien en que estarán "como en casa" y esto, en mi opinión, supera con creces lo demás.
Espero que esta humilde opinión pueda ser de ayuda para aquellos padres que no tengan una opinión formada.
Se que muchos de vosotros tendréis montones de razones por las que estáis contentos de que vuestros hijos estén en "el San Bernardo" y nos gustaría saber por qué.
lunes, 20 de mayo de 2013
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